Por Darkshak Beltrán
Japón.- Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1945 donde murieron incontables civiles y militares, la misión de los fotógrafos, era registrar la parte más desgarradora de este caso.
Joe O’Donnell, fue el hombre que capturó dentro de tantas imágenes a un niño de aproximadamente 10 años, llevando en su espalda a su pequeño hermano muerto en Nagasaki.
El pequeño japonés se paró en posición militar, (como la que había observado durante ese tiempo), delante de una pira funeraria y esperó su turno, para cremar a su pequeño hermano muerto.
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“En aquellos días en Japón, a menudo vimos a niños jugando con sus hermanitos o hermanas en sus espaldas, pero este chico era claramente diferente. Pude ver que había venido a este lugar por una razón seria”.
“No llevaba zapatos. Tenía la cara dura. La pequeña cabeza se inclinó hacia atrás como si el bebé estuviera profundamente dormido. El muchacho permaneció allí durante cinco o diez minutos “.
Dijo O´Donnell, además agregó que el niño se mordía tan fuerte los labios para no llorar que le caía sangre de la comisura de su boca.
Fue entonces que el guardia le pidió el cuerpo y le dijo:
“Dame la carga que traes en la espalda”.
Y el niño respondió:
“NO ES UNA CARGA, ES MI HERMANO”.
Entregó el cuerpo, se dio la vuelta y se fue.
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Una de las muchas historias desgarradoras que dejan las guerras en los pueblos.